26.7.11

The prize


Lo bueno de la película es que divierte y recuerda continuamente el estilo del más puro del maestro del suspense, Alfred Hitchcock, aunque no llegue a las cotas necesarias. Todo bien ordenado y presentado creando un clima correcto para la muestra de intriga, se nos presenta un presentador excepcional para enganchar el cariño del público, un Paul Newman, en forma de escritor que sencillamente se come la pantalla con ese aire de pasota listo.
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A través de él entramos poco a poco en el devenir de los momentos de cierta tensión y diálogos ingeniosos que muchas veces acaban en humor, agradeciéndolo, uno se siente seguro y conforme de tener una película enfrente que domina la técnica y se muestra muy directa y clara en su mensaje, suspense pero a la vez guión lleno de cruce de géneros.
Con el trasfondo de la entrega de los premios Nobel en EstocolmoSueciaMark Robson dirige acertadamente. Le conocemos por El ídolo de barro o Vidas borrascosas por ejemplo. Basado en la novela de Irwing Wallace donde destacaba la historia del Nobel de literatura por encima de otras historias que también se describían, el guión trata de recoger el mismo apartado de tramas y subtramas pero con mucho más gancho de humor.
Tengo que reseñar el potente y capaz caer de escenas de la pareja representada por el citado Paul Newman y la actriz Elke Sommer, bellísima, que juguetean con el espectador constantemente en una relación liberal que tiene la cúspide visual en una escena en la que se besan por primera vez hasta que él termina por desistir ante la perfecta responsabilidad que muestra ella con el horario, en un claro caer de puntas de los pies que trata de ser gráficamente un símil demasiado claro. Sus continuos diálogos, sus dobles sentidos desmedidos dejan un rastro tan especial que enseguida consiguen la simpatía de un ya muy interesado espectador que marca a él como héroe y a ella como su chica.
lapareja

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